JORGE CABRERA

Jorge Cabrera inició sus estudios teatrales en la Academia de Arte Dramático de la Universidad Popular de Guatemala, allá por el año de mil novecientos setenta y cinco. A pesar de que era una persona tímida y reservada en su desempeño diario, en cuanto ponía un pie en el escenario “era otra persona” y así dio vida a múltiples personajes: Miguel Zapón Segundo, en “Pascual Abah”, que le valió una nominación como actor revelación del año; Quinto Cornificio en “El Pescado Indigesto”. En teatro para niños: El General Antón, en “Burbujita” el Tío Coyote en “Tío Conejo y Tío Coyote” por mencionar algunos de los personajes de sus inicios.

Luego vino el Moyas en “Viernes de Dolores” siendo nominado como mejor actor de reparto y La Rafaila en la obra del mismo nombre“La Rafaila” con el que obtuvo el premio Opus como Mejor Actor del Año 1983 y el Botón de Oro de la Universidad Popular. Terminó sus estudios teóricos teatrales con un Diploma de Capacitado en Actuación y posteriormente obtuvo el título de Maestro en Arte Especializado en Teatro. Ha impartido clases, cursos y talleres de actuación.

Su talento artístico se ha desarrollado en las áreas de la actuación, dirección escénica y creación de textos teatrales. Actualmente reside en la ciudad de Los Ángeles, California donde ha actuado en grupos folklórico-danzantes y en las obras: “Oficina de Divorcios” y “La Decisión” obra en la cual actúo, dirigió y escribió el libreto basado en las propuestas de las participantes al curso-taller que impartió.

A continuación una entrevista con Jorge Cabrera.

El día de hoy lo encontramos tomando su cafecito con pan en el lobby del Edificio de la Curacao aquí en Los Ángeles, California, disfrutando de unos minutos de descanso de su trabajo habitual.

– Cuál es tu opinión sobre tu trabajo artístico? -Bueno, contesta con una sonrisota, quién va a hablar mal de su rancho? Pero creo que lo mejor de mi trabajo artístico ha sido su enfoque: Que lo hago no como vanidad, sino como un oficio. El oficio de crear y recrear. Claro que toda la parafernalia teatral te acaricia el ego. Eso es innegable. Pero hay algo más profundo, que es la proyección del oficio de actor que va mucho más allá del cierre del telón. Cómo artista pienso que podemos divertir a nuestro público, hacerlo pensar, meditar, transmitirles la emoción artística, que es la función principal, pero incluso podemos modificar ciertas conductas, y cuando nuestro trabajo alcanza ese nivel volitivo del público podemos ver modificaciones positivas en su conducta. De eso hablo. De un oficio que no sólo es divertimento o emoción artística sino concientizador o concienzador, como se decía en los setentas.

–Háblanos un poco de esa proyección. En mi carrera he hecho muchos trabajos, pero hay algunos que pienso que han sido más importantes porque han aunado a lo estético lo útil. Por ejemplo: En 1992 y 1993 hicimos un trabajo que se llamó “Educando a la Niña” el tema era la deserción escolar de las niñas indígenas del Altiplano guatemalteco y las formas de remediar dicha deserción, Rodolfo Orozco me invitó al proyecto e hice el texto teatral basado en la información que proveía la Fundación Castillo, el trabajo fue muy estimulante, y estaba reforzado por textos y canciones grabadas en lenguas mayas que proporcionó una Universidad del país. Muchas veces los artistas soñamos, pero una sola niña que hubiere regresado a la escuela motivada por el trabajo artístico de todos nosotros, era suficiente para declarar la utilidad de la obra. Otro Ejemplo: En 1998 ya aquí en Los Ángeles, hice el texto de “La Decisión” sobre el tema del sida, sus efectos sociales y la respuesta que debemos tener hacia las personas contagiadas. Muchas personas se han acercado para decirnos: “Ahora lo veo diferente. Pediré perdón a mi hermano al que he abandonado por estar contagiado.” Cosas así, que no te ponen en la marquesina de un teatro con focos de colores alrededor tuyo. Cosas así que te dicen que tu trabajo vale en cuanto que sirve para cosas buenas y positivas. Actualmente ese proyecto ha sido llevado a otros Estados de la Unión Americana, hospitales, ferias de salud y todo lugar donde se pueda presentar y hacer conciencia sobre la calidad humana del infectado y el respeto que nos merece como cualquier otra persona. Te cuento que mientras se presentaba en Estados Unidos “La Decisión” también en Guatemala se presentaba con otro elenco coordinado por Rolando Herrera.

–Recuerdas tus trabajos escritos? -Mi primera obra de teatro que escribí fue en 1975 para niños y la llamé “Papeles y Tablitas” la protagonizó Maby Domínguez (Tablitas) y Raúl Loarca (Papeles) y fue muy emocionante la respuesta de los niños para con los personajes y los intérpretes, los rodeaban, les pedían besito, autógrafos, en fin, la presentamos en varias escuelas y colegios de Guatemala; hice también adaptaciones de “El Coronel no tiene Quien le escriba” que nunca se montó, “Huasipungo” “Hebe” y otras. Mi tesis “Análisis Jurídico Social y Propuestas respecto a la Ley del Instituto de Previsión Social del Artista Guatemalteco (IPSA).” Los Estatutos de la Asociación de Actores y Técnicos –ANAYT- de la cual soy el autor intelectual, redactor, y junto a muchos otros artistas socio fundador. También estoy buscando el tiempo para hacer la traducción autorizada de un texto de estudios teatrales superiores.

Qué te ha dado el teatro? Le dio sentido a mi vida en mi juventud, me hizo saber que si me dedicaba a él en cuerpo y alma me confesaría algunos de sus secretos, de los cuales me valgo hoy para transferir los códigos de las novelas a los códigos de las obras teatrales. Me dio también entre muchas otras cosas la oportunidad de hacer la gira a España y Francia Me ha dado maestros, amigos y amores, que más se puede pedir?.

Cómo ves la situación actual del teatro en Guatemala? Entre los 70 y principios del 80 se dio un movimiento artístico muy importante con obras de Galich, Manuel José Arce, Manuel Corletto, Hugo Carrillo, llegó la represión y mandó a callar a los artistas. Apareció entonces el movimiento ja-ja-ja. Y todos a reírnos en nuestro silencio y a vivir de la risa porque de algo tenemos que vivir. Reír es bueno, ganar dinero de hacer reír es dos veces bueno, tres creo. Y ese movimiento que tiene su público y es rentable, nos alcanza hasta el día de hoy, pero hay también otras y también buenas propuestas de las que oigo: La Inquilina de Magali Letona; El cuarto de Verónica, dirigida por Joan Solo; El Coronel de la Esperanza, creo que así se llama una obra sobre Arbenz Guzmán dirigida por Luis Pineda, obras que siguen abriendo la senda por donde fluya un teatro con más opciones, uno que estimule más nuestra sensibilidad estética y nuestro conocimiento y entendimiento. También se está tratando mucho sobre la profesionalización del artista a nivel universitario. Excelente. Entidades como Universidad de San Carlos, Universidad Mariano Gálvez y Universidad Rafael Landivar buscan acoger en sus aulas ese anhelo de profesionalización. En mi opinión todos esos esfuerzos de los grupos teatrales de drama y comedia, los esfuerzos de los que buscan la profesionalización del artista darán sus merecidos frutos.

Alguna preocupación o inquietud sobre la formación profesional del artista? Si. Los contenidos programáticos. Uno debe preguntarse qué tipo de artista quieren formar? Un intelectual? Un elitista? Un pedante? Dice un autor –un poquito de cultura y nos vuelve tan presuntuosos- O se quiere formar un ser comprometido con su país y su gente?

Alguna otra preocupación? Si. Y donde quedan los técnicos? Qué oportunidades de estudios y tecnificación hay para ellos (Saludo a los García, Santana, Cheyo, y demás técnicos teatrales. Salú muchá). Siempre he comentado que una de las características principales de los guatemaltecos es que todos queremos ser profesionales, todos. Y eso es bueno. Pero si se nos encendiera el foco, veríamos la doble oportunidad que tenemos de aprender junto a una carrera un oficio. Entonces si seríamos más capacitados en todos los órdenes de nuestra vida.

Algún sueño que ya no se hará realidad? Fijate vos que con el Rudy Mejìa, que Dios me lo tenga en su gloria, habíamos planificado que cuando cumpliéramos los sesenta años nos íbamos a reunir en el Parque Central o en el Centenario a platicar, tomar atolito con tostadas de guacamol y ver pasar patojas y echarles sus buenas flores. Pero no se pudo. En el 98 se lo llevó la parca. Ni modo, como decía mi amigo el Rudy, -Al que le gusta el chicharrón con ver el coche suspira-.

-Mira vos Jorgito, para ser tímido y reservado hablaste bastante vos. Y nos responde: Y eso que no tenia un mi par de güisquiles entre pecho y espalda vos.

Algo más que quieras agregar: En primer lugar darte las gracias por acordarte de mi persona, en segundo lugar enviarles un saludo afectuoso a todos mis amigos y compañeros artistas y en tercer lugar a las que fueron mis traiditas, gracias muchá no se imaginan lo feliz que me hicieron y la falta sentimental que me hacen ahora. (Luego borras eso vos, si lo lee mi mujer me mata).

Despedida. Nos da la mano, nos da su tarjeta de presentación: Jorge Cabrera Abogado y Notario. Colegiado 5,696 Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala. Dirección electrónica: bercarajorge@yahoo.com Se terminó el tiempo del café y de los recuerdos. Yo seguiré entrevistando artistas. El se va a lo suyo: a escribir y transcribir sueños que espera un día ver representados en alguna sala de San Rafael, California o de San Rafael, zona dieciocho de la ciudad capital de Guatemala. Da lo mismo el lugar, que importa el lugar si el propósito es bueno. Agosto 2007. Teodoro Balconcillo.

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